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LOS AÑOS 60s

No se pretende aquí hacer un estudio sociológico de la vida y costumbres de las gentes que pasaban sus vacaciones de verano en Zarauz, pero sí creemos que analizar aquel tiempo, aunque sea muy por encima, es interesante para comprender como eran los usos de la temporada estival en la villa a la que, de repente, llegó el surf.

Era aquella sociedad, elegante y familiar, generalmente de derechas y tranquila. Los veranos se sucedían en apacibles en días de playa por la mañana y paseos por la tarde, con merienda en los locales del malecón o en los balnearios próximos.

Hay que destacar el hecho de que no se bajaba a la playa por la tarde. Nadie lo hacía salvo algunas gentes del pueblo que trabajaban por las mañanas y aprovechaban el poco tiempo libre que tenían para darse un baño al atardecer y gozar del regalo que la naturaleza les concedió. 

Pero salvo algunos turistas y los tres niños que las añas bajaban para que no dieran guerra, nadie entre los que veraneaban disfrutaba de la orilla en las horas de la tarde.

En aquellas horas, las familias visitaban San Sebastián o allí iban de compras. Los jóvenes pasaban de las vacaciones al estilo de la época, en pandillas con las que muchas tardes se iba a hacer una tortilla o un chocolate al monte o a pescar panchitos al entonces pequeño e histórico puerto de Guetaria. Con un horario familiar estricto y todos con el jersey a la cintura, porque por la tarde refrescaba.

Mientras, en la playa seguía la diaria y laboriosa tradición de retirar los toldos al atardecer. Pasaban los encargados por el antiguo malecón con una carreta en la que iban cargando los que otros por la arena iban recogiendo, para volver a colocarlos al día siguiente. Los madrugadores, los que ya temprano en la mañana iban a hacer sus cosas al pueblo, a la compra al mercado o de paseo por el malecón, podían ver el arte y habilidad que los tolderos se daban para en un momento, dejar lista la playa.

 

Hay que comprender bien aquél mundo para entender lo que significa la aparición del surf. Hemos de recordar que en aquellos primeros años de la segunda mitad del siglo XX la sociedad era lo que hoy podríamos definir como clásica. Había poca información en un país encerrado en sí mismo. Existían las fronteras y la censura. No había muchos coches y muy pocos podían permitirse el lujo de ir a Francia. No se podía cruzar el Bidasoa sin el pasaporte que era necesario para pasar al otro lado. Y necesaria también la Carta Verde, una especie de seguro internacional que permitía conducir en el país vecino. Había que cambiar moneda y la vida era cara más allá de los Pirineos. Francia estaba a solo 40 kilómetros de Zarauz pero, en realidad, estaba muy lejos.

Europa era un lugar que hacía muy pocos años había salido de una cruel y prolongada guerra y en la que todavía se vivía la pobreza y tristeza que aquella provocó. Y allí, en el límite sur, un país antiguo de leyes y pensamiento, viviendo todavía las consecuencias de una guerra fratricida.

Es importante comprender cómo sentía y pensaba aquella sociedad para entender como se produce la aparición del surf y lo que va a significar. Es fundamental saber ver la falta de comunicación técnica que existía en aquel momento si lo comparamos con nuestros días.

Era aquél un mundo en el que no había ni internet ni ordenadores, ni teléfono móvil, ni apenas comunicación como hoy se entiende. No existían impresoras ni fotocopiadoras sino multicopistas e imprentas con linotipias.

Todo ello en un mundo en el que había radio, acababa de comenzar la televisión y el teléfono, de baquelita negro, se usaba prácticamente solo en casos muy importantes y fechas señaladas.

En la sociedad de Zarauz no hubo bikinis hasta los años 60, en el que tímidamente aparecen las francesitas con su modelo SaintTropez, que venía a ser un traje de baño completo al que se le había quitado una franja central. No existía el bikini como se comprende en nuestros días, ni por supuesto la tanga. El topless, aparece en la Cote d’Azur en 1976, y algo tan natural en nuestros días como el nudismo era algo impensable. 

Existe un abismo entre aquella sociedad y la de hoy, entre unas formas rígidas establecidas y la libertad que hoy existe con la posibilidad de elección, entre el mundo bien pensante de entonces y la buena gente de ahora. Si no comprendemos este hecho, no podremos percibir lo que el surf significó.

Llegó el boom económico a Europa. Los países comenzaban a librarse de la carga y traumas de la reciente guerra. Las familias europeas de clase media comienzan a poder permitirse viajar a otras tierras para pasar las vacaciones. Comienza el turismo en España y con las gentes que llegan de fuera llegan nuevas ideas, nuevas formas. 

Y Zarauz mantiene casi el mismo ritmo que años atrás, es un lugar apacible en el que el tiempo transcurre despacio. Un lujo para aquellos que conocen el ajetreo de la ciudad, el stress del trabajo, las obligaciones de la sociedad. 

Los reyes de Bélgica vienen a pasar sus vacaciones. Tratan de pasar en un pueblo tranquilo y acogedor sus días libres lejos de la corte y los protocolos. Fabiola sale a pasear o de compras en bici. Balduino se escapa de los secretas y va a Guetaria a dar una vuelta tranquilo, ajeno a lo que significa ser rey. 

El mundo evoluciona. España comienza a salir de la pobreza. Han pasado 25 años desde la Guerra Civil y aparece una clase media en el país, allí en donde solo había hambre. El mundo empieza a cambiar para muchas familias. Aparece un principio de libertad y ambas sociedades coinciden en Zarauz, los turistas extranjeros y los veraneantes peninsulares., algunos de los cuales ya venían a la villa desde principio de los años 40.

Es esta una sociedad clásica y casi victoriana, religiosa, de veranos apacibles, familiares. Una sociedad que no está muy preparada para los cambios, pasa tranquilamente los días estivales en Zarauz mientras ve como el mundo comienza a ser distinto. 

Una sociedad que ha vivido dos crueles guerras en un breve tiempo que no alcanza los 9 años, una sociedad que empieza a olvidar la pobreza y la represión, se ha de enfrentar a los cambios que suceden en el mundo.

Llegan los años 60 y en el mundo empiezan a caer muros establecidos desde hace casi cientos de años. Cierta parte de la sociedad se rebela contra los valores establecidos. 

Hasta entonces solo ha existido un intento con la revolución húngara sucedida a finales del año 56.  En 1959 comienza la guerra de Vietnam. El 13 de agosto de 1961 se comienza a levantar el muro de Berlín. En octubre de 1962 se desata la crisis de los misiles en Cuba. El mundo comienza a desequilibrarse. Aparece la guerra fría, la tensión se acentúa y mientras, la economía florece.

 

 

En este tiempo de cambio, de agitación en la sociedad, de paso entre dos fechas, es la cultura en todos sus sentidos y extensiones la que lidera el proceso. 

En la literatura irrumpe con sorprendente vitalidad la narrativa sudamericana que toma como base la agitación que viven muchos países de la América Latina con estilo vanguardista, en el que el tiempo deja de ser lineal, cultivando una cierto cubismo al utilizar varias perspectivas y voces narrativas al contar historias humanas en escenarios rurales y urbanos en lengua vernácula, haciendo hincapié en el internacionalismo, rompiendo la línea que separa lo fantástico de lo cotidiano.

Esto, de alguna manera llega a la sociedad que pasea por Zarauz.  Es parte del cambio que sufre el mundo y que va llegando al verano de la villa a través de los universitarios y otros jóvenes con inquietudes culturales, de la sociedad culta que descansa en el lugar.

La música se escucha en las radios, en los tocadiscos y posteriormente en los casettes, con la llegada del reproductor EL-3300 de la casa Phillips en 1963, que podía grabar cintas de 30 o 45 minutos, pesaba 1.35 kilos y funcionaba con 5 pilas tipo D, es decir, las grandes y gordas.

En la sociedad se pueden apreciar pequeños y sutiles cambios. Lentamente, poco a poco, se pasa de sintonizar la emisora francesa Europe 1 y especialmente el programa de música ye-yé Salut le copains a oír la pirata Radio Luxembourg. De alguna manera se pasa de vivir el chic francés, la música francesa, para caer en los hechizos del pop anglosajón. Como cualquier cambio, no es  un día para otro sino algo sutil que va poco a poco calando en la sociedad. 

La lucha que en la industria cinematográfica sostuvieron durante los años 50 Thechnicolor y Eastmancolor llevó entre otras cosas al Color by Deluxe y este a ciertos matices de color que posteriormente marcaron la moda. 

Es interesante observar como dos de las mejores películas musicales de la historia del cine son del mismo año: What a hard day's nighty y Les parapluies de Cherbourg, ambas de 1964. En ellas se enfrentan dos formas de hacer cine, dos músicas, dos idiomas, dos culturas. Algo que igualmente sucede en la sociedad. Durante un tiempo ambas coexisten como líneas culturales de estilo a seguir y en donde la inglesa termina fagotizando a la gala. De hecho, son los años en los que se deja de estudiar francés, que hasta el momento era la lengua internacional, para aprender inglés. El glamour anglosajón acaba con el chic francés.

Insisto, hemos de recordar que el mundo y la sociedad eran diferentes. Pocos jóvenes tenía una cámara de fotos y casi siempre los carretes eran en blanco y negro. En cierta forma la ausencia de colores es una explicación semiótica de la vida gris de aquellos años. Porque las imágenes así quedaban retratadas y porque la sociedad era gris, consecuencia de 9 años de guerras. Una tragedia de esta magnitud no se olvida, tarda en curar y en permitir florecer a la vida de nuevo. Hay muchas heridas que por aquellas fechas están todavía cicatrizando.

Hasta la llegada de la Kodak Instamaticcon FlashCube MagiCube a mediados de los 60, que según Félix Zulaica costaba unas 2000 pesetas, hasta que la fotografía comenzó a popularizarse entre la juventud, estaba Gar, Foto Gar. Gar de García. Ignacio García era el fotógrafo del pueblo. Un hombre optimista que te encontrabas por todas partes con su sonrisa. Cuando no revelaba o vendía en su tienda, estaba por la calle haciendo fotos. Gar inmortalizó unos años de Zarauz, y entre otros eventos, cubrió los aquellos primeros años de surf, los Campeonatos y las Fiestas Hawaianas.

[Sobre de Gar]

En la prensa diaria existía la tradición de publicar las tiras de aventuras de The Phantom de Lee FalkFlash Gordon de Alex Raymond, Prince Valiant de Hal Foster y Tarzán de Burne Hogart. Con los años 60 llegan otras líneas dentro del mundo del comic encabezadas por Charlie Brown y sus amigos. Perdemos las aventuras para ganar narrativa filosófica. Es otra pieza del puzzle con el que las artes van explicando el cambio, el nuevo mundo.

En pintura, tras alcanzarse un límite con el informalismo de los años 50 aparecen un par de corrientes. El Pop, que no es sino una tendencia conservadora vista con otros ojos en donde se vuelve a la figuración, con retratos y bodegones, es decir, un nuevo realismo. Por otro lado, los abstractos vuelven a la expresión pura mientras el concepto del happening en el que espectador es parte de la creación artística, parte de la obra, hace que el arte se convierta en inmediato y personal, algo que no puede dejar indiferente.

El arte es un reflejo de la sociedad y por tanto expresa lo que la esta vive, siente y valora. Marshal McLuhan, quien acuñó el termino aldea global, decía que la información que recibían los estudiantes desde los medios de comunicación era ya entonces muy superior a la recibida en el colegio. Esta es la razón por la que se trata aquí hacer comprender lo que le empezaba a llegar a aquella sociedad de Zarauz.

Una sociedad que apenas hace deporte. Los jóvenes dejan de practicarlo cuando al crecer, olvidan los juegos. Algunos siguen con las palas en la playa, otros con el fútbol en marea baja, unos pocos cogen olas con el champero y solo una persona corre por la orilla, el inolvidable Torito. 

Es el Club Deportivo Zarauz desde su fundación en 1944, el organismo que alegra la vida deportiva en la villa con diversos eventos, organizando durante los veranos de 1966-69 cuatro ediciones de un maratón internacional al que vienen estrellas como Abebe Bikila, que gana uno de ellos y que se lleva un frigorífico de regalo, cuya entrega en Etiopía causó más de un quebradero de cabeza.

Allá por los años 50 existían en Estados Unidos los Greasers, una subcultura de la clase trabajadora urbana en la que se encontraban muchos emigrantes latinos y que incorpora la camiseta blanca con manga 1/4 entre su vestimenta. En Europa, en Inglaterra, aparecen los teddy boys y en Francia los bluson noir. En el 58 llegan los beatniks, consecuencia de la cultura beat tras la publicación del libro On the road, de Jack Kerouac.

La juventud, que ya no ha de luchar por sobrevivir al hambre y las guerras, se rebela. Los tiempos están cambiando. El sueño americano ya no convence a algunos. El sueño español comienza a tener grietas. En 1967 comienza el movimiento hippie y al año siguiente se desata el Mayo francés.

Esa es la sociedad en la que aparece el surf. Un deporte que llega a Zarauz tímidamente de la mano de unos soñadores a los que sus familias apoyan y a los que la sociedad no acaba de comprender pero que no rechaza. Unos jóvenes que sin darse cuenta harán del anciano deporte de las olas el vehículo que llevará el cambio a la sociedad y a un lugar.

Fueron las olas y aquéllos afortunados que primero las cogieron, quienes realizaron la inicial metamorfosis, la transformación en las formas y los hábitos.

Ese es el momento histórico en el que aparecen las tablas de surf en Zarauz, un hecho que lo cambiará todo.

SOCIEDAD

CULTURA

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 EL CAMBIO

DEPORTE

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Los cafés del malecón

Archivo B&B

Guetaria

Joaquin Sorolla

Museo Sorolla

Toldos

Editción Arribas

Archivo B&B

La playa

Foto Gar

Archivo B&B

Puente internacional y aduana

Edita AISA

Archivo B&B

1966

Chicas en la playa

Archivo B&B

Fabiola
Plazuela de Ayestarán
Agencia EFE

1961

Muro de Berlín

1967

Cien años de Soledad

Primera edición

Gabriel García Marquez

1963

Phillipps EL-3300

Archivo B&B 

77X Kodak

Instamatic Camera

Foto Gar

Fotógrafo de una época

Snoopy

Charles  Schultz

Archivo B&B

30 de julio de 1967

II Marathon Internacional
Club Deportivo Zarauz

Archivo B&B

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